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La posesión de Armas en Estados Unidos

Cuando de armas se trata, Estados Unidos pareciera tener una fascinación extraña con ellas. Sus habitantes, en especial los más conservadores, apelan a la historia, la tradición, la seguridad y la ley para defender su derecho a portar casi cualquier cosa que utilice pólvora, desde un simple revólver hasta pistolas de grueso calibre, rifles y armas semiautomáticas.

Lo cierto es que, la industria armamentista de los EEUU es la más grande del mundo y no solo por fabricar armamento para la milicia, sino también para el personal civil. De hecho, para gran parte de los Estados, los proveedores y vendedores minoristas de armas de fuego son casi tan indispensables como las tiendas de alimentos y farmacias como si fuesen artículos de primera necesidad.

Armas en Estados Unidos

¿Hay legalización de armas en Estados Unidos?

La portación de armas es casi una tradición histórica en los Estados Unidos. Los primeros colonos veían con suma importancia el derecho de poseer y portar armas, ya sea para la defensa personal, repeler invasores, suprimir insurrecciones o permitirle al ciudadano ser parte de una milicia.

La necesidad de una milicia ordenada era vital para garantizar la seguridad de un Estado Libre. Estos ciudadanos eran un baluarte necesario para evitar que un gobierno federal desmesurado, atente contra los derechos de los ciudadanos.

Es desde esta época, post revolución independentista (1776) que en Estados Unidos es legal la tenencia y portación de armas de fuego. El derecho está amparado constitucionalmente por la nación desde 1791 y por muchas constituciones estatales.

Estados que permiten armas en Estados Unidos

Debido a que está amparado por la carta de derechos (Right of Bills), en todos los Estados están permitidas las armas de fuego, no obstante cada uno de ellos tiene diferentes reglas en cuanto a regulaciones.

Si bien las leyes federales de armas de fuego regulan la venta, posesión y transporte de las armas de fuego y las municiones, no hay una ley federal específica que regule el tema de la portación ya sea oculta o a la vista de las armas en público.

Estas lagunas jurídicas son cubiertas por las leyes estatales, que en estos casos priman sobre las leyes federales. Por lo tanto cada uno de los 50 Estados tiene sus propias reglas sobre obtención, tenencia y portación de armas.

Estas leyes estatales son más específicas que las federales y su grado de restricción varía en cada estado siendo más permisivos en unos y más estrictos en otros. A su vez, cada Estado tiene leyes locales que pueden prevalecer o no sobre las estatales.

Cada Estado es libre de exigir a sus habitantes las licencias de compra y tenencia privada de armas, que varían según el tipo de arma, así como de mantener un registro de transacciones que permita limitar la circulación ilegal de armas.

Derecho a poseer armas en Estados Unidos

El derecho a poseer armas en los Estados Unidos está contemplado en la Segunda Enmienda de la Constitución Nacional de 1791. Tan solo 26 palabras la avalan: “Como es necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas.”

Se trataba de una enmienda para territorios donde el Estado aún no se había implantado y donde la seguridad la proporcionaban ejércitos privados o grupos de autodefensa constituido por ciudadanos agrupados en una milicia.

Por aquel entonces las armas eran de un solo tiro y llevaba un buen rato cargarlas de pólvora y dejarlas listas para disparar. No eran muy precisas y se utilizaban no solo como medio de protección sino también cacería o duelos. Bajo este contexto histórico surgió la segunda enmienda.

Sin embargo, ni el paso de los años, ni los cambios en el estilo de vida y las transformaciones sociales han podido afectarla o siquiera modificarla. La Segunda Enmienda sigue vigente como el primer día y al ser constitucional, ni el gobierno federal ni los gobiernos estatales pueden infringir el derecho a portar armas por parte de los ciudadanos.

Pese a un constante interés académico en los últimos tiempos por renovarla y modificarla, la Corte Suprema del país la ha avalado en reiteradas ocasiones. La realidad es que esta enmienda ya quedo anticuada en el siglo XIX con el surgimiento del revolver y los grandes forajidos. En ese momento las armas pasaron de ser un elemento de autodefensa a una herramienta para matar mucha gente en poco tiempo.

No obstante, pese a las polémicas, los debates y los lamentables sucesos de masacres y tiroteos con armas de guerra por parte de personal civil, los defensores de la tenencia y portación de armas son mayoría en el país y se ha vuelto parte de su cultura.

Esto sumado a la presión por parte de la industria armamentista que no quiere ver interrumpido su negocio y una escasa e ineficiente regulación, ha convertido a Estados Unidos en el país con más armas per cápita del mundo.

Estadísticas de los muertos por armas de fuego en Estados Unidos

La cantidad de muertos por armas de fuego en Estados Unidos es la más alta entre las grandes potencias pero también es de las más altas del mundo. Comparado con las estadísticas a otras 22 naciones de ingresos altos, el índice de asesinatos relacionados con armas de fuego en EEUU es 25 veces más alto. En el último año se registraron más de 38.000 muertos por armas de fuego en el país.

Este número supera por más del doble a la cantidad de muertos durante 2018 que fue de 14.789 personas, pero es similar al de 2017 que registró la mayor cantidad de muertes por armas de fuego desde 1968 con 39.773 fallecidos.

De estas escalofriantes estadísticas se desprenden 14.970 víctimas por disparos intencionales o accidentales, 23.760 suicidios de los cuales 969 son de adolescentes, 207 menores de 11 años y 2253 heridos.

Según un informe reciente, durante 2019 se produjeron 409 tiroteos colectivos y 30 matanzas con armas de fuego en el país. Esto es más de uno por día a lo largo de todo el año.

Se estima que en todo el país hay un estimado de 350 millones de armas de fuego en manos de los ciudadanos, esto es más de un arma por habitante. Sin embargo las cifras son estimativas ya que no existe un censo oficial y no se cuentan las armas compradas en el mercado negro.

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